martes, 3 de agosto de 2010

"Mi Buena Crisis"



Esta fue mi última campaña oceanográfica, acontecida en el verano austral de 1996. Al final de ese mismo año, yo me encontraba sumida en una profunda depresión. Todo mi mundo, todo mi universo cercano se desintegraba. Estaba a punto de terminar de escribir mi tesis doctoral, algo por lo que me había estado preparando desde que finalicé mi carrera, en 1991 y, sin embargo, yo no podía. No tenía fuerzas. No podía ni escribir, ni centrarme, ni siquiera pensar. Pero aún así, mi tesón y mi “buena educación de cumplidora”, me hacía intentarlo una y otra vez, por encima de mi estado emocional. Y siempre surgía un imprevisto que retrasaba la tarea o simplemente, mi ordenador decidía estropearse en el mejor momento (Esto no me sucedió una sola vez; esto me pasó en varias ocasiones. "El Universo enviándome señales y yo sorda como una tapia").

Así pues, un buen día, tras muchas horas de terapia envueltas en lágrimas, desasosiego, depresión y tristezas, decidí pararme y pensar: ¿qué quieres en tu vida, Irene? Y mi respuesta no fue ni la tesis, ni las investigaciones, ni las publicaciones en revistas científicas, ni nada que se le pareciera a aquello en lo que hasta hacía unos años atrás me había consagrado en cuerpo y alma a cultivar. Esta vez quería y deseaba dedicarme a mí. Mi alma estaba rota en mil pedazos y precisaba de tiempo, paciencia, constancia, esfuerzo y mucho, mucho amor, para reconstruirme. Y lo hice: me reinventé. Aquello que había comenzado siendo una tarea necesaria para mi propia superación personal, que me llevó años de esfuerzo y trabajo interior, cambió por completo mi mirada, mi perspectiva de la vida. Tomé entonces la decisión de dedicar mi vida a aliviar el dolor de otras personas que como yo, también han sufrido y siguen sufriendo. Me formé como quiromasajista, monitora de relajación y desarrollo personal, como emprendedora y así nació Alivia3 Centro de Salud Integral S.L. (con el apoyo inestimable de mis hermanas).
Y aquí estoy. Amo mi trabajo y todos los días doy gracias al Cielo, al Universo o a Dios -llámalo como tu quieras-, por todo lo que he vivido y vivo –lo bueno y lo menos bueno- y, sobre todo, por aquella “buena crisis” que me llevó a estar hoy aquí.

Un abrazo.
Irene Montero González.

A ti, Crisis, por todo lo que das.
Por todo lo que eres.
Por la transformación que brindas:
Una Revolución y una Evolución,
en el Amor y en la Consciencia.
Por la Oportunidad que siempre ofreces.
Por la Belleza y la Vida que nacen de ti.
Por todo, Gracias.
A todo, Sí.
“La Buena Crisis”. Álex Rovira

No hay comentarios:

Publicar un comentario