sábado, 7 de julio de 2012

La Compasión


"Sentir el dolor del otro es compasión. Según el Dalai Lama, la compasión es la capacidad de sentirnos cercanos al dolor de los demás y la voluntad de aligerar sus penas. El budismo sostiene que para tener "un corazón compasivo", en primer lugar, tenemos que cultivar la empatía, la capacidad de ponernos en el lugar del otro.

El problema de la palabra "compasión" es que en nuestra sociedad evoca, según el filósofo y teólogo Francesc Torralba, "un complejo de superioridad, una mirada de lástima, de misericordia para alguien. Hasta el punto que más de una vez hemos oído decir: No quiero tu compasión". Pero la lástima, la palmadita en la espalda o esa mirada de cierta superioridad cuando la situación de fragilidad no nos afecta directamente..., todo eso no es compasión.

Arthur Schopenhauer escribió que todo amor que no incluya compasión es sólo egoísmo. El filósofo, que se definía como ateo, decía que la compasión es "mística práctica": la experiencia a través de la cual el "yo" y el "tú" se difuminan y constituyen una totalidad, de modo que el sufrimiento del otro se experimenta como propio. (...)

Cultivar la compasión requiere de receptividad. Vaciarnos, en cierto modo. Saber escuchar al otro -sin olvidarnos de nosotros-. La compasión también la tenemos que cultivar hacia nosotros. Si somos muy autocríticos, no somos compasivos con nosotros mismos.(...)

Sentir compasión significa trascender la dualidad entre el "tú" y el "yo",
sentir que somos parte de todos los seres vivientes. de la naturaleza.
La compasión no entiende de credos,
es amor genuino,
ganas de colaborar y respeto".

Gaspar Hernández

Fuente: "Cultivar la compasión", por Garpar Hernández. Revista de Psicología Positiva - Mente Sana, nº 83. RBA.

lunes, 2 de julio de 2012

Volar detrás de un sueño es imposible, ¿o no?

Volar detrás de un sueño, no es imposible. Arriesgar para lograr una vida mejor, más amable y amorosa, más acorde con el ritmo de los latidos de tu corazón, no es de idiotas. Hay que seguir soñando, darle la vuelta a las cosas si no te gustan, cambiar y transformar tu presente para lograr ese futuro que deseas vivir con pasión y amor. 

Un abrazo,
Irene Montero González


sábado, 16 de junio de 2012

Prémiate

Hace tiempo publiqué esta entrada y hoy regresa a mi memoria atraída por el clima actual que nos acompaña.
Cuando miro a mi alrededor, veo el empeño insistente de hacernos caer en la trampa inmóvil del miedo. Sé que las cosas no están siendo fáciles en estos momentos, soy consciente de ello pero, ¡basta ya de bombardearnos con tanta negatividad y desesperanza! Ya ni veo las noticias. Me niego rotundamente a tragar más "mierda" y a contagiarme de ese No constante.
Para mí tampoco están siendo las cosas fáciles, pero sigo adelante. No hay otra. Pongo tesón, alegría, trabajo diario, una sonrisa en la cara y esperanza. Sí, efectivamente he dicho esperanza, aunque pareciera haber desaparecido de este planeta. Pues no, sigue ahí con nosotros. No "la flipo", no soy ingenua, tan sólo creo en el ser humano, en su capacidad de superación y en que existe un futuro mejor, si nos ponemos a ello.

A todas esas personas que diariamente se esfuerzan por continuar adelante, que a pesar de las circunstancias desfavorables siempre encuentran un ratito para ayudar, dar ánimos, acompañar, sonreír, querer,..., a todos ellos les dedico "Prémiate".

"Prémiate"
Un regalo es una de manera de expresar nuestro afecto a esa persona especial que tanto queremos. Supone algo más que la mera compra de un objeto: hay que dedicar un tiempo a pensar en cómo es la otra persona y qué creemos que le haría ilusión en este momento; hay que movilizarse y salir a ver tiendas; hay que elegir, entre múltiples alternativas, cuál es la más adecuada; y, finalmente, hay que preparar nuestro presente para ser entregado, seleccionando el papel más original y hermoso con el que envolver nuestro regalo y sorprender al agasajado. Y, qué bonito es ese momento especial de la entrega, dónde ambas partes exhiben abiertamente su cariño hacia el otro: un dar y recibir amor.

¿Por qué no eres hoy tú el/la homenajeado/a? ¿Por qué no premiarte por tu esfuerzo continuado? Hazlo y no te dejes atrás ninguno de los pasos: piensa, busca, muévete, selecciona y envuelve tu regalo especial. Puede ser un libro, una flor, un vestido, hacer una llamada o, simplemente, dedicarte un tiempo para el relax y el descanso.

Yo te premio por tu esfuerzo diario, por tu constancia y perseverancia, por tu entrega, confianza, valor y paciencia, regalándote esta hermosa canción de amor porque, como dijo Virgilio: "El amor todo lo vence".




Un abrazo,
Irene Montero González.

martes, 12 de junio de 2012

Un Mar de Posibilidades

En la vida hay todo un "Mar de Posibilidades". Aprovechar el momento, soltar los lastres, aparcar los miedos, apostar por uno mismo, amar la vida, desatar la creatividad, arriesgar, ser imprevisible, buscar otra perspectiva, trasnformar,...
Muchas sueños por cumplir y un  Mar de Posibilidades a tu alcance si decides que ahora es el momento de decirte "si puedo" porque, como dijo Walt Disney "Nuestros sueños pueden convertirse en realidad si los deseamos tanto como para ir tras ellos".

Date esa oportuidad y sal hoy mismo a navegar por este mar de posibilidades que es la vida.

Un abrazo y buena travesía.
Irene Montero González.


lunes, 4 de junio de 2012

Rabo de Nube

Buscando consuelo, hoy te acercas a mí.
Respiro tu dolor, tu miedo.
Te abrazo.
Te beso.
Te digo palabras bálsamo.
Te vas y siento impotencia.
¿Qué más puedo hacer por tí ?
Y me acuerdo del Rabo de Nube de Silvio Rodríguez.

Si hoy me dijeran "Irene, pide un deseo", hoy pediría un Rabo de Nube para tí: que como torbellino en el suelo borrara de tí toda tristeza y como aguacero en venganza hiciera aparecer de nuevo la esperanza en tu vida.

Dedicado a todas las almas que por cualquier motivo hoy están sufriendo.
Recibe mi "Rabo de Nube".

Un abrazo,
Irene Montero González.


miércoles, 30 de mayo de 2012

Con sólo dos palabras


¿Te has fijado, alguna mañana cualquiera de un día normal, en las caras de las personas que se cruzan en tu camino?

La mañana es el momento del día en el que todos nos conectamos, de nuevo, a nuestra realidad. Comienza una nueva jornada llena de misterios, oportunidades, desafíos, rutinas, deseos, aventuras, responsabilidades, miedos, ... Cada uno de nosotros vivirá una realidad diferente, ajustada a sus necesidades y particularidades.

Arrancar en las mañanas, a veces  cuesta. Abrimos los ojos y nos enfrentamos al día, como si éste fuera nuestro campo de batalla. Desayunamos, nos vestimos y preparamos para salir al mundo, a batallar. Son mañanas pesadas, fatigosas, grises,... Y nuestro rostro, espejo del alma, da fe de ello.

Este tipo de mañanas son las que, por mi afición de observadora, parecen abundar últimamente en nuestras ciudades, llenando las calles de rostros sombríos. Nadie se cruza con tu mirada: unos miran el reloj,  el suelo, otros teclean su móvil, algunos se cabrean por el tráfico,... Y, este abatido viento que viaja por las calles, resulta contagioso.

Noto que nadie parece darse cuenta que por encima de la altura de nuestros ojos está el cielo azul y el sol dispuesto a templar nuestras almas. También está la mirada amable de ese vecino, amigo, conocido o desconocido que, tras lograr entrelazarse con la nuestra, nos regala una amplia sonrisa y un "buenos días" - "buen día". Cuando este hecho acontece, en un instante nuestro semblante cambia. Devolvemos los buenos días y la sonrisa entregada.  Se transmuta algo en nuestro interior. Incorporamos dos nuevos colores a nuestra paleta de vibraciones desalentadas: sonrisa y amabilidad. Y este simple gesto  nos cambia la mañana, a quién lo da y a quién lo recibe.

Con sólo dos palabras ,"buenos días" o "buen día" y una sonrisa amable, alegramos la mirada de quienes se cruzan en nuestro camino.

Un abrazo,
Irene Montero González

Feliz Día de Canarias

Teror (Gran Canaria)

Fotografía de Irene Montero González

martes, 15 de mayo de 2012

Con la distancia justa

Hideo Kobayashi, un crítico de cultura, dice que la hoja de un árbol puede ocultar la luna. Si ponemos la hoja delante de nuestros ojos, está tan cerca que no podemos verla como es. Sin embargo, si la alejamos de nosotros, podemos verla tal como es. Eso mismo sucede con todas las cosas. Las montañas, los ríos, la luna, las nubes: todo se vuelve visible si nos quitamos la hoja de nuestros ojos.
Cuando se trata de cosas de  nuestra propia vida, también pueden estar demasiado cerca para que podamos verlas con perspectiva apropiada. [...] Pero si las vemos con la distancia justa, apreciamos el maravilloso paisaje que nos rodea. (Shundo Aoyama)

Dar tiempo al tiempo, dejar que las aguas vuelvan a su cauce, hacer que reposen las emociones,... es lo que Shundo Aoyama nos sugiere en este texto. Una verdad como un templo que, a pesar de ser tan cierta y haberla experimentado en diversas ocasiones en nuestra vida, nos olvidamos con más frecuencia de la deseada.

El tiempo lo cura todo, dicen. El tiempo, ese que nos saca de nuestras casillas y que siempre nos falta cuándo más lo requerimos, se convierte en nuestro mayor aliado ante el dolor y la adversidad. Porque, no es que lo cure todo, es que el tiempo nos imprime madurez, consciencia y sabiduría, tres ejes esenciales para lograr esa transformación interior e íntima que nos permitirá observar nuestras experiencias de vida desde otra perspectiva, desde otro sistema de referencia más saludable, enriquecedor y amoroso.

Un abrazo,
Irene Montero González.

domingo, 6 de mayo de 2012

Recordando a mi Madre


6 de mayo, Día de la Madre.

Regreso a casa después de haber pasado un día en familia, celebrando con mi segunda madre, hermanas y cuñado, este día tan especial. Ha sido una jornada entrañable y llena de sentimientos.

En mi camino de vuelta a casa me encuentro con ella. La llamaré "María", para preservar su intimidad. Está bajándose del taxi, ayudada por su sobrina, su fiel y amorosa sobrina. Nada más poner un pie en el asfalto y alzar su mirada para buscar las referencias de la acera, me mira. Y enseguida su cara se ilumina y me dedica una sonrisa amplia, como siempre. Yo me acerco a saludarla, nos besamos y nuestras manos se entrelazan, siguiendo al impulso del cariño.

María es una vecina, amiga de la familia, de toda la vida. Conoció a mi Madre, Josefina. La quiso mucho y sintió su  temprana partida, un 20 de abril de 1979.

Yo, que vivo en el edificio frente al suyo, solía coincidir muy habitualmente con María. Si nos encontrábamos en la calle, me daba un tierno beso, me preguntaba por la familia y siempre, siempre me decía estas simples palabras: "qué bonita estás, Irene". A mí, sus palabras me llegaban al alma y siempre, siempre, siempre las recibía como un mensaje celestial de mi madre hacia mí. En otras ocasiones, cuando iba a cruzar el semáforo que separa nuestras aceras y miraba hacia la ventana de su balcón, allí estaba María. Se afanaba en enviarme besos volados, uno, dos, tres,..., no se cansaba. Y yo, siempre, siempre, siempre los recibía como besos celestiales de mi madre hacia mí.

Ahora, con 79 años, María tiene alzheimer y su memoria la ha abandonado. Pero hoy, María me ha reconocido. Me ha dado un fuerte beso, me ha abrazado, me ha preguntado por la familia y me ha dicho "qué bonita estás".

La he tomado del brazo y, junto a su sobrina, las he acompañado hasta su casa. Al llegar al portal, me he despedido de ella: con un gesto tranquilo, le he dado dos cálidos besos y, cerrando mis ojos, la he abrazado, abrazando así a mi madre. Los ojos de María se han llenado de lágrimas, se han iluminado de emoción y nuestras almas, en un instante único y divino, se han unido como madre e hija.

Así es la vida de mágica. Un encuentro fortuito con María y mi alma conecta, de nuevo, con el recuerdo de mi madre.

Un abrazo,
Irene Montero González

lunes, 30 de abril de 2012

SuperAcción

Blaise Pascal (1623 Clermont-1662 París) matemático, físico, filósofo católico y escritor, nos dejó la siguiente afirmación sublime:

"Trata a un ser humano como es,
y seguirá siendo como es.
Trátalo como puede llegar a ser,
y se convertirá en lo que puede llegar a ser".

Para superarnos a nosotr@s mism@s, es necesario "retarnos".

No basta con plantearnos metas fáciles y alcanzables. Éstas nos ayudan, en un principio, a ganar confianza pero, podemos caer en la trampa de aficionarnos a lo sencillo y a no querer ir más allá de nuestras posibilidades.

Tampoco es bueno que establezcamos metas imposibles para nosotr@s. Éstas al no ser logradas, nos harán desfallecer y nos impulsarán a tirar la toalla antes de tiempo.

En el camino del progreso, en cualquier aspecto de nuestras vidas, los retos deben ser trazados con una progresión paulatina de dificultad. Al principio, comenzaremos con los sencillos e iremos aumentándolos en compromiso y complejidad, a medida que progresemos en nuestras exitosas acciones.

El siguiente vídeo nos muestra el camino de la SuperAcción: Superar nuestras propias barreras con la ayuda de la Acción dirigida hacia nuestro mayor bien.

Deseo que te resulte inspirador y que lo disfrutes tanto como yo.

Un abrazo,
Irene Montero González.


domingo, 22 de abril de 2012

Día Internacional del Libro: Seamos "Hombres y Mujeres Libros"

El Día Internacional del Libro es una conmemoración celebrada a nivel internacional con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. A nivel internacional es proclamada por la UNESCO, que la empezó a promulgar por primera vez en 1995. Se celebra cada 23 de abril desde 1996 en varios países, siendo en 2008 más de un centenar.
 
 
Fahrenheit 451: "Hombres y Mujeres Libros"
 
Fahrenheit 451 (1953) es una novela distópica (una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal) publicada por el escritor estadounidense Ray Bradbury. El título hace referencia a la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde.

La novela recrea la vida en una sociedad imaginaria, en la que los libros están prohibidos y deben ser quemados ya que, según el gobierno, leer impide ser felices a las personas porque las llena de angustia. Convencidos de que al leer los hombres empiezan a ser diferentes cuando, según el gobierno deben ser todos iguales, proyectan, como objetivo, velar por que los ciudadanos sean felices para que así no cuestionen sus acciones y rindan en sus labores, quemando, para ello, todos los libros.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con lo dictaminado por el gobierno. Están los llamados antisociales, aquellos que se formulan preguntas, que no admiten que sea su entorno quien las pregunte y las respondan por ellos mismos. Son locos, porque piensan. Aman los libros y los esconden para preservarlos de la quema. De ahí que se conviertan en enemigos del estado y tengan que refugiarse en el bosque, formando parte de los llamados "hombres libros", cuya misión será memorizar los libros para transmitirlos oralmente y así, un día, poder imprimirlos.

La película homónima fue dirigida por François Truffaut en 1996. Inspirada en ella y siendo 23 de abril, un día tan especial para el libro, te propongo que seamos "Hombres y Mujeres Libros". Recomienda a un/a amigo/a aquel libro que te provocó,  te cambió, te entusiasmó, te hizo reflexionar o trascender.

Hoy, en mi papel de Mujer Libro, te invito a la lectura del libro "La última respuesta" de Álex Rovira y Francesc Miralles, VIII Premio de Novela Ciudad de Torrevieja (2009), ambientando la lectura con la banda sonora de la película Fahrenheit 451.


Feliz Día del Libro.

Un abrazo,
Irene Montero González

sábado, 21 de abril de 2012

Te amo porque "Me Amo"




Hoy he tenido, con una de mis hermanas, una de esas conversaciones que solemos mantener, muy habitualmente, sobre nuestro mundo interior. En esta ocasión, hemos disertado acerca de la manera en que amamos a los demás.




 
A veces vivimos el amor vibrando en el "te amo porque me amas". Caemos en la trampa de echar el lazo al ser amado, utilizando su dolor, sus crisis, su miedo y sus inseguridades, para generar la necesidad del otro en nosotros, con el ánimo de amar y, así, sentirnos amados. Nos autoinvestimos salvadores del otro. Asumimos, con cierta ingenuidad y descaro, el papel de redentores, creyéndonos ser el imprescindible y único apoyo de quien nos ama. Y, bajo esta premisa, ¿qué amor se sustenta y mantiene en el tiempo? Una vez superados los momentos amargos y recuperado el equilibrio, nuestra luz deja de brillar. Si no hay dolor que sanar, ¿qué sentido tengo yo en ti? Si no hay heridas que curar, ¿qué sentido tengo yo en ti? Si no te puedo salvar, ¿qué sentido tengo yo en ti?  Si ya no me necesitas, no me amas. Y, si no me amas así, no te amo, porque "te amo porque me amas".

Cuando vivimos el amor latiendo en el "te amo porque me amo", llegamos hasta el ser amado desde la vitalidad, la alegría, la sonrisa, el entusiasmo, la confianza y la generosidad. Y recibimos vitalidad, alegría, sonrisas, entusiasmo, confianza y generosidad. Nuestros encuentros no son críticos, sino crísticos. Hay presencia, ternura, comprensión, identidad, individualidad, respeto, consciencia y AMOR en mayúsculas. Te amo porque me amo y, porque yo me amo, te amo como me amo a mí mism@, con excelencia.

Yo, "te amo porque me amo". Un abrazo.
Irene Montero González.

domingo, 15 de abril de 2012

El Maestro que ríe y nos hace sonreír

15 de abril de 2012. Tarde apacible de domingo. Sentada frente a mi ordenador, reviso mi facebook, y ahí aparece él: Alejandro Jodorowsky, el Maestro. Tan elocuente, sagaz, impertinente, apasionado, audaz, generoso, amoroso y transformador, como siempre.
Su actividad no cesa. En esta jornada, ha estado tuiteando, como suele hacer habitualmente. En esta ocasión nos ha deleitado con unas 15 adivinanzas extraídas de su memoria infantil. Y me hace sonreír. Me hace rejuvenecer.

¿Qué hermoso es reír?
¿Cuánta calidez transferimos al sonreír?
¿Cuánto amor regalamos en una sonrisa?


Porque sonreír y ser feliz van de la mano. Porque sonreír y amar forman un "buen equipo". Y, porque reír da vida, te dejo aquí las 15 adivinanzas que a Jodorowsky le planteó su abuelito (como el apunta) .

1.- ¿Qué es negro, con un punto amarillo, y vuela? // Una mosca con un diente de oro.

2.- ¿Por qué las jirafas tienen el cuello largo? // Para no sentir el olor de sus pies hediondos.

3.- ¿Por qué los elefantes se pintan la panza de azul? // Para que nadie los note cuando vuelan.

‎4.- ¿Qué es transparente y tiene olor a plátano? // Un pedo de mono.

‎5.- ¿En qué se parece un toro vivo a un toro muerto? // El toro vivo embiste, y el toro muerto en bistec.

‎6.- ¿Qué cae del cielo en invierno y termina por "ota"? // ¡La nieve, idiota!

‎7.- ¿Qué es una hoja de viña entre dos piedras planas? // Es Adán planchando su slip.

‎8.- Soy un animal con seis patas que marcha sobre la cabeza. // El piojo.

‎9.- Subo y bajo al mismo tiempo, ¿quién soy? // La escalera.

‎10.- ¿Qué hace 999 veces tic, y una vez toc? // Un mil patas con una pata de madera.

‎11.- Tengo dientes pero nunca como, ¿quién soy? // Un peine.

‎12.- Tengo dos piernas pero no puedo marchar, ¿quién soy? // Un pantalón.

‎13.- ¿No tengo sombra, ¿quién soy? // La sombra.

‎14.- ¿Còmo divides 3 manzanas en 7 partes iguales? // Haciéndolas mermelada.

‎15.- ¿Qué es lo que hace " ZZZZZZZZZZZB"? // Una abeja que vuela reculando.

Y dos más que nos regala...

¿En qué se parece una bomba a la cordillera de los Andes? // La bomba estalla, la cordillera está allá.

¿Qué tiene dos cuernos, una ubre que da leche, dice muu y tiene alas? // La vaca. Las alas son para hacer más difícil la pregunta.

Un abrazo con sonrisa.
Irene Montero González

martes, 28 de febrero de 2012

Vivir en Armonía

Sabemos por nuestra experiencia diaria que, cuando nos levantamos por la mañana con cierto optimismo, todo nos sale mejor. Incluso las malas noticias podemos asimilarlas de manera más equilibrada y con una actitud más positiva. Cuando estamos enfadados y descontentos, hasta las cosas más bellas nos ponen de mal humor. Entonces nos invade el descontento, la rabia y el odio hacia nosotros mismos o hacia los demás. No estamos bien en nuestra propia piel y, así, no podemos alegrarnos por una flor bonita ni por el canto de un pájaro ni por la sonrisa de un niño. Esto demuestra cuán importante es poder vivir en armonía con uno mismo.
Tenzin Gyatso, Dalai Lama

jueves, 23 de febrero de 2012

¿Importa La Meta o El Camino?

Qué importa más en la vida: ¿la meta o el camino?.

Hace unas semanas acompañé a mi hermana Mari a una caminata. Sé que le gusta caminar y hacer senderismo. Por eso, sabiendo que se iba a organizar "La peregrinación a la Candelaria", se lo comenté y nos apuntamos. Aquel día me levanté contenta y emocionada por la mañana que nos esperaba: contacto con la naturaleza verde, respirar aire puro, hacer un paréntesis en la semana,... A las 9:30 de la mañana, la guagua nos dejó en Fontanales, punto de partida de la peregrinación. Bajaríamos por el Barranco del Laurel hacia nuestra meta: Moya.

En aquella mañana, se congregó un buen número de personas. La mayoría de ellas, mujeres de Moya y alrededores que, con entusiasmo, comenzaron la caminata. Había de todas las edades, jóvenes, de mediana edad y mayores. Tanto entusiasmo animaba al grupo que, en muy pocos minutos, nos adelantaron, dejándonos a Mari y a mí al final.

Si he de ser sincera, yo caminar, lo que se dice caminar largas distancias, no suelo... Ya me entiendes. Pero, quería acompañar a Mari y había preguntado a la organización por la dificultad del trayecto y me habían asegurado que era sencillo, por una carretera secundaria y "además, mi madre lo va a hacer, así que tu también puedes hacerlo". Efectivamente, el camino era una carretera secundaria, bien asfaltada y habían muchas madres, e incluso yo diría que hasta abuelas, que estaban peregrinando hacia La Candelaria a paso ligero. Sólo había un par de simples detalles que se les olvidó comentarme a cerca del camino, como que la mayoría del trayecto "eran cuestas muy empinadas" y que serían 11 kilómetros en total desde Fontanales hasta Moya.

El grupo cada vez iba más adelantado y yo atrás. Mari, de vez en cuando, me acompañaba y otras me adelantaba, quedándome yo detrás. Sola, no. Iba custodiada por Protección Civil que, en este tipo de eventos, participan acompañando y protegiendo a los caminantes. Estuve todo el tiempo siendo escoltada por un coche de Protección Civil, cuyo operario, muy amablemente, tuvo la genial idea de decirme a micrófono abierto: "señora, baje despacio que estas cuestas son muy empinadas y rompen las piernas". Comentario que se pudo escuchar en todo el barranco y que hizo girar las cabezas de las peregrinas y enfocar sus miradas en la única persona que iba pegadita al coche de Protección Civil: Yo.

¡Qué bochorno! Mis piernas cada vez estaban más y más cansadas. Mis rodillas, flaqueaban. El de Protección Civil que no me quitaba ojo. Todas aquellas mujeres que parecía que habían desayunado "las espinacas de Popeye" y mis pies, mis pobrecitos pies que me gritaban: ¡párate, coño! Y así lo hice. A mitad del trayecto, ya no podía más. Dejé de lado la vergüenza y me subí, como toda una valiente, al coche de Protección Civil, que me llevó muy despacito hasta Moya. Digo lo de valiente porque había que tener bravura para terminar el camino en coche, viendo como todas aquellas madres y abuelas lo hacían a pie. Pero, yo había venido a disfrutar del día en el campo y no a sufrir. De esta manera concluyó mi aventura. Llegué a la meta, al pueblo de Moya. ¿La forma en que lo hice? No importa. Yo también estaba allí, con el resto de peregrinos, como uno más.

De vuelta a casa, reflexionaba con Mari, entre carcajadas, sobre nuestra mañana en el campo. Yo me preguntaba ¿para qué me había levantado ese día tan pronto, para hacer una caminata que no había podido acabar? Y, haciendo repaso de los acontecimientos del día, llegamos a la razón especial de ese día particular. La carretera del Barranco del Laurel está flanqueada por preciosas casitas de campo. En una de ellas, situada a la derecha y un tanto lejos del camino, una señora alzó sus brazos efusivamente para saludarnos. Nosotras la correspondimos, a lo que ella contestó con múltiples "besos volados" que nos lanzó con dulzura. Mari y yo contestamos a su invitación y le enviamos nuestros "besos volados". Ella, con un gesto amoroso y tierno, los capturó en el aire, los rodeó con sus manos y los depositó en su corazón.

Ahí estaba la respuesta. Para eso nos habíamos levantado mi hermana y yo ese día: para recibir amor y devolver amor. Lo de menos fue llegar a la meta. Lo verdaderamente importante fue el Amor que compartimos en el Camino.

Un abrazo,
Irene Montero González.

Fotografía: Irene Montero González

viernes, 17 de febrero de 2012

Tu única razon para vivir: TÚ MISM@





La razón más poderosa para vivir, para seguir en el camino, para continuar, para arriesgar, para confiar,..., para Amar, eres tú mism@. Ahí está, en nuestro Ser, el combustible más potente para existir.



No te escondas de tí, no te alejes, no te separes. Busca un momento en el día para acariciar tu alma y recorderle que sigues a su lado, fielmente. Y si no te salen las palabras, cántate esta canción de Presuntos Implicados: "Mi única razón".



Un abrazo,

Irene Montero González

martes, 10 de enero de 2012

Estar conectado con uno mismo



Si una persona tiene demasiada energía, demasiadas experiencias, existe la posibilidad de que se desconecte de sí misma.


Es sabido que hay personas que dan mucho y sienten que pierden; esa no es la manera adecuada de dar. Si das, no debes sentir que pierdes, porque entonces lo que estás dando no es un buen regalo. Lo mismo se aplica al amor. Hay quien dice: "Traté de dar muchísimo amor, pero no fui correspondido", y lo vive así. Estaba dando más de lo que podía dar.


Un buen regalo proviene de estar conectado con uno mismo. Si das lo mejor que puedes sin perder la conexión contigo, no hay dolor. Así que, cuando des, no te debes desconectar de ti mismo. Esto es válido en toda situación. Por ejemplo, cuando una persona se enamora, se puede identificar tanto con la otra persona que se desconecta de sí misma. Pero es posible dar muchísimo sin desconectarse, y eso es una relación muy bella. Sin embargo, no es tan fácil; es cuestión de equilibrio entre dos polos: la claridad y el vacío. Así lo expresan las enseñanzas. La claridad sería la energía, lo que damos, y si no nos desconectamos de nosotros mismos, no perdemos el vacío, ni sufrimos. Cuando estás dando, amando, trabajando, haciendo que las cosas sucedan, si estás desconectado de ti mismo, se produce el sufrimiento. Cuando no se cumplen tus expectativas, sufres mucho más que si estás conectado contigo mismo. El poder de estar conectado con uno mismo es enorme...



"La esencia pura de la mente". Tenzin Wangyal Rimpoché.